viernes, 8 de julio de 2011

¿Xenofobia en Valencia?

Cuando pensaba que todas esas fobias estaban más que superadas, resulta que viene uno, extranjero él -qué ironía-, y nos quita la posibilidad de intentar conseguir una entrada para una corrida a todos los que no somos abonados a su plaza. Como la mayoría se imaginará, hablo de lo de la reaparición del Extraterrestre de Galapagar en la plaza de Valencia. Resulta que, para el mencionado acontecimiento, no han puesto a la venta entradas al público general una vez finalizado el plazo de abonos (aunque han sobrado, y bastantes) porque parece ser que les han ofrecido a los abonados la opción de realizar reservas de entradas sueltas y desean atender estas peticiones.
 En definitiva, que todo el que no sea abonado (bien porque no viva en Valencia o bien porque viviendo en Valencia no pueda permitírselo o no quiera hacerlo, entre otras cosas por la mierda de carteles de Julio que han montado) ya se puede olvidar de presenciar reapariciones divinas al precio de taquilla.
 ¿Por qué harán esto Simón, Nacho y compañía? De verdad que, por mucho que pienso, no logro entender la finalidad que los empresarios persiguen con ello. Si los abonados ya de por sí son una élite (ya me gustaría a mí –y a otros muchos forasteros- siquiera poder estar en Valencia toda la feria) encima vas y les pones en la mano más entradas para la corrida posiblemente más demandada de la temporada. ¿Tanto aprecio tienen a los valencianos (y valencianas) como para tener con ellos este detalle, a riesgo de mosquear, y no poco, a sus parroquianos (y parroquianas) de otras plazas que regentan, como Nimes o Málaga, e incluso a los de otras que anhelan –como la de Las Ventas?
Mi mente de Economista me dice que tanto riesgo sólo lo merece una cosa: el parné. La explicación es sencilla. Supongamos que gestionamos una plaza de toros en la que una parte importante de nuestros abonados son reventas profesionales. Supongamos, también, que esos personajes estuvieran dispuestos a comprar dos mil entradas más a un precio algo superior al de la taquilla (sin duda lo están, pues les van a ganar mucho más). ¿Qué nos trae más cuenta: venderlas en taquilla a su precio oficial o hacerlo a estos abonados valencianos a los que repentinamente adoramos tanto? (aunque si de verdad los respetaran mínimamente no habían montado una feria consistente en un montón de novilladas, dos o tres corridas baratas, una de rejones, otra en la que sólo tiene interés el de las Galaxias y otra más rematada). La respuesta está clara. Al menos para los de Simón Casas Productions.


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