martes, 22 de febrero de 2011

Futuro poco halagüeño

Leí hace poco en el blog de un compañero (Paco Montesinos) acerca del desliz cometido por Ignacio Lloret -uno de los socios empresarios de la plaza de Valencia-, que al ser preguntado acerca del futuro de la Fiesta asumía que el toro no sale íntegro a los ruedos. Cierto es que nada nuevo nos descubre Ignacio; pero sorprende, eso sí,  que un empresario de plazas de primera y segunda categoría admita el fraude. Ojalá y en otro arrebato de sinceridad llegue a reconocer que él, como buen aficionado que es -y de ello puedo dar fe- no pagaría ni un duro por asistir a algunos de los carteles que en sus cosos se anuncian.
Pero dejemos a Ignacio, que no va por ahí la cosa en esta ocasión. La cuestión es que soy de distinta opinión: no creo que la manipulación de las reses sea la única, ni la principal causa que acabe con las corridas de toros, pues ese atropello viene sucediendo desde muchos años atrás y los aficionados  continuamos acudiendo, dando ya por hecho que tenemos que tragar con ello en la mayoría de las plazas del mundo (a excepción de Las Ventas, Bilbao, Pamplona quizás, y poco más).
 Es, sin embargo, la codiciosa ambición humana por el dinero (y por conseguirlo de la manera más fácil y rápida posible, sin ningún tipo de escrúpulos ni remordimientos) la razón por la que la Fiesta de los Toros verá amenazada su sostenimiento en el futuro. Y no tendremos que esperar mucho. La avaricia de toreros, ganaderos, o empresarios –o todos ellos, a la vez- es la que hace que hoy en día las corridas de toros hayan pasado de ser un festejo popular a convertirse en un espectáculo elitista al que, dados los precios de las entradas y la actual situación de crisis económica en que estamos sumidos, sólo van a poder asistir las clases más alta de nuestra sociedad.
 Veamos, como ejemplo, el caso de la inminente Feria de Invierno de Vistalegre. Con la excepción de las filas más altas de la zona equivalente al sol, los precios del resto de entradas oscilan entre los 40 € y los 125 €. Vamos, que hay que “soltar” unas 6.000 pesetas de las de antes por sentarse, con suerte, en una fila 17 de sol sobre la puerta de toriles, para ver si el matador de turno viene con “ganas de trabajar” (como dicen en mi pueblo) ante un toro al que, como bien sabe Nacho –y nosotros también-, como mínimo le faltan dos dedos de pitones. Y encima, sin más derecho a protesta que el de pegar cuatro voces o silbidos que no constituyan alteración del orden público, y que, desde tu asiento de la fila 25 enfrente de los capotes, lo más probable es que ni siquiera lleguen a los oidos de sus destinatarios.

sábado, 19 de febrero de 2011

Pasodoble

   Para ir calentando motores, que el próximo fin de semana ya hay cosas interesantes en Vistalegre, aquí os dejo enlazado el pasodoble de Dávila Miura. Junto con el de Nerva, la banda del maestro Tejero lo ha dejado reservado para las vueltas al ruedo triunfales, en Sevilla, y no lo interpretan durante la actuación de los toreros.
Por cierto, ¿qué imágenes le pondriáis cada uno? A mí, personalmente, con una buena faena de El Cid, Caballero, Manzanares o  El Juli, por decir algo, me valdría.
Dávila Miura.mp3

viernes, 18 de febrero de 2011

Recuerdos

Mis primeros recuerdos taurinos se remontan a hace ya más de treinta años, en mi plaza de Albacete. Apenas tenía siete años de edad cuando, al no haber entradas libres cerca de su abono, mi padre me llevaba a un asiento en el otro extremo de la plaza y, pidiendo a mis vecinos de localidad que me cuidaran, allí me dejaba hasta que al finalizar el festejo volvía para recogerme. Como era de esperar, no me enteraba de mucho de lo que en el ruedo ocurría, pero allí aguantaba sin perderme detalle de nada. Por eso, al poco tiempo –y gracias al esfuerzo económico que mis progenitores tuvieron que hacer- me convertí en abonado del tendido 5, en cuyos asientos de duro cemento aprendí de mi padre casi todo lo que hoy sé de toros. De esa época jamás se borrarán de mi memoria hechos que,  hoy en día, todavía me hacen sentir escalofríos: los triunfos apoteósicos de Dámaso González; la muerte del espontáneo la tarde que, a la postre, supondría la retirada de El Cordobés de los ruedos; la pelea a puñetazo limpio entre Alfonso Navalón y José Mari Manzanares en el festival homenaje al mencionado espontáneo; o la grandiosa faena del propio Manzanares a un toro de Marcos Núñez una tarde en la que vestía de grana y oro.
También me vienen a la mente la última tarde en que Paquirri  (el de verdad) actuó en Albacete, y cómo, ante la incapacidad de los cabestros de  devolver a un toro a los corrales, cogió la fusta del mayoral y él solo se las apañó para arreglar el desaguisado; y la famosa corrida con Paquirri, Dámaso y Capea en el cartel, que obtuvo tales éxitos artísticos que la llegaron a repetir hasta tres años consecutivos. Y tampoco creo que me olvide de aquel nefasto día en que el albero se cubrió por completo de almohadillas después de que Antoñete, Ojeda y Emilio Muñoz asesinaran a seis toros en poco más de una hora. Pero, lo que estoy seguro que siempre recordaré, es aquella ilusión con la que tarde tras tarde acudía a la plaza dispuesto a divertirme y aprender con todo lo que allí ocurría, completamente inocente y desconocedor de afeitados, cambios de cromos, pico de la muleta, fueracachos, suertes descargadas, ganaderías toreristas, muletas retrasadas, cites perfileros al hilo del pitón, monopuyazos, vetos entre compañeros y demás chanchullos que, hoy en día, hacen que en ocasiones me sorprenda fiscalizando lo que en el ruedo está ocurriendo en vez de disfrutándolo.


martes, 15 de febrero de 2011

Fallas 2011: precios y carteles

   Hace unos días se presentaron, en Valencia, los carteles del abono taurino de las Fallas del 2011. Y anda la gente por allí mosqueada porque, según dicen, los precios han subido bastante en relación a los del año pasado. Sin embargo, supongo que la empresa dirá que esto no es del todo cierto; que lo que ha ocurrido es que, como consecuencia de la remodelación que se ha llevado a cabo en la plaza, se han perdido las filas más altas de los tendidos, por lo que estas entradas directamente han desaparecido y el resto de localidades han tenido que subir un poco su precio (que no es tanto, si se mira bien) para compensar la pérdida de aforo.
   Hasta ahí, todo correcto... E incluso sería bastante lógico si no hubiera una primera parte que se callan, y que la mayoría de los abonados nos planteamos: ¿Acaso no ha sido suficiente para recuperar dicha pérdida el acartelar a toreros como Barrera (que bastante es que agradezca que lo hayan metido en la feria), a Tejela, o a Aguilar (toreros de la casa, a quienes a final de temporada, si no sucede nada importante en Madrid, les van a liquidar cuatro “perras” para pasar parte del invierno), a Juan Bautista (a quien el año pasado se le "fue" el toro de la Feria, y que dudo si cobrará para los gastos o si, a cambio, luego Luc colocará a algún torero de Casas en Arles), a Paquirri (que imagino que el mayor mérito que ha hecho para estar en Fallas debe ser que es socio de Simón en Málaga) y a otros toreros que, aún teniendo interés para el aficionado, no dejan de ser baratos para la empresa porque, si no tragan con el parné que se les da, son sustituibles por otros y nada pasaría, como Abellán, Leandro, Curro Díaz, Talavante, etc., etc.?
   Ya veremos al final qué ocurre. Igual es cierto que se han excedido y la remodelación, y sus nuevos asientos (vacíos, eso sí), van a lucir que no veas por el Plus. A mí, que nunca he fallado en Fallas, cada vez que paso por delante del descodificador del canal de pago, la gran duda me asalta y, cual príncipe danés (con mando a distancia en la mano, en vez de calavera), me pregunto: "Abonarme o no abonarme. Ésa es la cuestión". Y eso que todavía me permiten fumar en la plaza.

lunes, 14 de febrero de 2011

Presentación

   De siempre me ha encantado, como al abuelo Simpson , de la serie de la "Fox", redactar escritos a quien corresponda (Presidencia del Gobierno, empresa tal u Organismo cual) con mis opiniones, quejas, sugerencias y demás, aun a sabiendas de que iban a caer en saco roto. Por ello, el descubrimiento de la blogosfera (mundo en el que apenas acabo de salir de la incubadora, aunque sé de su existencia desde hace bastante tiempo) ha resultado ser para mí una agradabilísima sorpresa, al encontrarme con un espacio físico en el que poder llevar a cabo una de mis prinicpales aficiones y que, además, me brinda la posibilidad de que algún alma perdida por el ciberespacio tenga la bondad de compartir mis inquietudes.
   Por cierto, que dije que la cosa iba de presentaciones y a ello voy: me llamo Javier, y tengo 39 años. El resto ya irá saliendo, poco a poco, si hubiere lugar a ello. Ah, eso sí, una de mis pasiones son los toros, por lo que este espacio girará prácticamente en torno a ese mundo.