sábado, 25 de junio de 2011

Va de apuestas


Sigo vivo, gracias a Dios. No he escrito nada últimamente por varias razones. Una de ellas ha sido la falta de tiempo por motivos laborales (por cierto, algo muy de agradecer en estos días que corren). Otra –y principal de todas- es que no soy un profesional titulado de la materia que, por obligación contractual, tiene que presentar el escrito diario aunque no tenga ganas y, para ello, salga del paso de mala manera. Por eso, tengo la ventaja de que yo puedo hacerlo cuando me plazca y de verdad ocurra algo de lo que me merezca la pena escribir.
Sin embargo, llevo tiempo sin saber (ni querer saber) casi nada de lo que ha ocurrido después de San Isidro. Y me preocupaba, porque no hace mucho tiempo entraba en los portales taurinos a ver qué ocurría prácticamente a diario. Sin embargo, esta tarde, que he podido ver por la tele una corrida de Alicante, he caído en la cuenta de que el motivo de tal abandono es que por fin he madurado y me ha dado por rebelarme taurinamente. Como los del 15-M, de hoy en adelante ya no trago más con el sistema. A partir de ahora, prometo no volver a pagar una entrada por asistir a una corrida en la que no se me garantice un toro medianamente íntegro (ojo, que no digo enteramente, porque eso es un imposible salvo en dos o tres plazas -y dependiendo de la ganadería y de los espadas que se anuncien con ella).
Una vez pasado el calvario de Madrid (para los taurinos, claro), imagino que lo sucedido a lo largo del mes no variará mucho respecto a lo que he visto hoy. Supongo que las ferias de Granada y Alicante coparán la información taurina (en espera de que comience la de Burgos) y que en ellas estarán saliendo por chiqueros toritos escasos de trapío y presencia (me juego el cuello a que ninguno de ellos en puntas). Además, posiblemente, El Fandi seguirá batiendo récords de salidas a hombros consecutivas en su pueblo y, seguramente estarán triunfando montones de figuras y figurantes como Paquirri, El Cordobés y hasta Finito, mientras que toreros que piden paso se dedican a recoger premios de San Isidro, a la espera de que los que manejan el sistema les quieran dar un trozo del pastel. Apuesto…y no pierdo.

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