sábado, 5 de marzo de 2011

Morante, los morantistas y mi salud

Pido perdón a los lectores de este blog, pues llevo varios días sin actualizar sus contenidos. No es por excusarme, pero una pequeña parte de culpa es de Morante de la Puebla. Y digo pequeña, porque la mayor es de aquellos aficionados y críticos taurinos cuyos escritos y comentarios me han hecho estar toda la semana de médicos y pruebas.
La cuestión es que el lunes por la mañana, después de haber leído y escuchado acerca de la actuación de Morante en Vistalegre  cosas como “sus caricias comenzaron la obra”, “una faena venida desde donde no existe el sexo, de allá donde se dice que son los ángeles,”, ”se vieron las musas todas juntas”, ”dibujaba, borracho de torear, carteles de toros” o “la consecuencia del movimiento de las muñecas de Dios, que ahora las tiene Morante”,  acudí, raudo, a buscar por la red algún video de tan grandioso espectáculo. Media hora después –por suerte o desgracia, gracias a internet, hoy en día es fácil encontrar pruebas gráficas de casi cualquier acontecimiento- me encontraba, desesperado, en la sala de espera de mi médico de cabecera.
Menos mal que no tuve que aguardar mucho allí, pues, Morantista como es él, le indicó a la enfermera que me hiciera pasar sin demora en cuanto le contó lo que me ocurría: que venía urgentemente, sin pedir cita, porque del trasteo del de la Puebla lo único que había sacado en claro era que el torero no había estado mal, y que había tenido algunos detalles interesantes (sobre todo al final de la faena) ante un animalito de raza “toruna” que embestía como un carretón, pero que faenas como ésa las había a docenas todas las temporadas; es más, había llegado a la conclusión de que si en vez de de haber nacido en La Puebla del Río, provincia de Sevilla, este torero fuera de Barakaldo (por decir, nada más) llevaría ya tiempo trabajando en los altos hornos (también por decir) porque nadie le habría consentido ni esperado tanto.
Bastante preocupado, por si pudiera tratarse de una pérdida irreversible de alma, el doctor me recomendó realizarme unas pruebas urgentes y que visitara a una serie de especialistas, pero todo eso ya no viene a cuento. El caso es que, en resumen, al final la cosa se ha quedado –según  los informes del psiquiatra y del neurólogo- en una “leve y pasajera atrofia de las terminaciones nerviosas emocionales, causada por una elevadísima concentración en la sangre de  proteínas inmunes  que mi cuerpo ha segregado para evitar cabrearme demasiado ante los últimos sobresaltos que el Gobierno no para de darnos con sus absurdas medidas “anti-todo” y “pro-nada””. Vamos, que si Dios quiere (y Zapatero no lo impide) todavía me queda mucha guerra que dar por aquí.

4 comentarios:

  1. El animalejo era para haber sido protestado de salida, cosa que hubiera sucedido de no ser el inspirado por las musas y los ángeles quien toreaba.

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  2. Casi que suena a alivio eso que dices de que no se protestó por ser Morante...porque últimamente, quitando Madrid y poco más, parece que tragamos con todo lo que sale por chiqueros.

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  3. Por fin entras ya en lo cabal, lo de Morante fue una gatada de tentadero.
    Que fue de cine, sí pero sin toro no hay fiesta.
    No a la manipulación
    Un abrazo Javi

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  4. ¿Por fin?...Jajaja...Bueno, de todas formas, Paco, más vale tarde que nunca. Fíjate, que de no ser por su última tarde en Madrid, tu torero se va de los ruedos y yo me quedo sin entender vuestra tauromaquia :).
    Un abrazo y bienvenido.

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